jueves, 23 de marzo de 2017

Agua, claman ganaderos del Istmo

ALBERTO LÓPEZ MORALES

     

Juchitán, Oax.- Beto, el caporal, observa entristecido el panorama desolador. Los tres potreros se quedaron sin pastizales. “Las vacas están enflacando rápidamente. No hay pasto ni lluvia. En menos de una semana los animales ya no tendrán comida”, dice casi resignado.
     A su lado, el ganadero Valentín Toledo, asienta con la cabeza y señala que la situación del campo istmeño es tan crítica por la falta de lluvias desde hace tres años y que se agudizó porque la Conagua cerró la presa de Jalapa del Marqués, tres meses antes del programa de riego.
Detrás de las cercas protegidas con alambres de púas, las vacas flacas pelean pedazos de pasto seco. Se mueven con dificultad por la falta de nutrientes y buscan saciar el apetito. Son las once de la mañana. Sopla el viento, pero el calor se impone. El mullido del bovino es de hambre.
“Es un panorama difícil”, explica el ganadero Valentín Toledo quien confirma que por la sequía han muerto vacas y becerros en toda la región del Istmo, sobre todo en los municipios que no están dentro del Distrito de Riego 019 que irriga desde la presa de Jalapa del Marqués.
Beto, el caporal que cuida los bovinos de la familia Toledo, se dice preocupado. Hace tres semana reubicó a un grupo de vacas a una zona que tenía “un poquito de pasto medio verde y medio seco”. Los animales dieron cuenta de esa porción. Hoy no tienen nada. ¿Qué hare?, dice.
Es el 22 de marzo, el Día Mundial del Agua, el vital líquido que falta en la región del Istmo de Tehuantepec donde el mapa conocido como Monitor de Sequía en México, publicado el pasado nueve de marzo, tiene a 28 municipios del sur de Oaxaca entre los primeros con sequía extrema. 
“Mire, nuestros pastos están secos. Así está el Istmo, como pasto seco. Solo falta que venga alguien y le prenda lumbre. Ya no vamos aguantar esta situación tan difícil que afectará la producción de carne, de leche, de queso y de tortillas “, señala el ganadero Valentín Toledo.
A unos 10 metros de los potreros donde las vacas pelean pedacerías de pasto y espinas secas, Beto el caporal intenta extraer más agua del pozo para bombear.  “La bomba que funciona con gasolina tiene capacidad, pero el pozo no tiene mucha agua”, aclara.
El pozo que Beto el caporal cuida con mucho celo tiene el agua a unos cinco metros de profundidad. No da para regar las dos hectáreas donde vacas y becerros disputan los secos pastizales. No hay ni para que tomen agua porque el arroyo Igú, se secó por falta de lluvias.
Al lado del potrero que cuida Beto, están los que vigilan Iván y Saúl, dos caporales que vigilan permanentemente la operación de un pozo de 16 metros de profundidad del que extraen agua a 16 metros de profundidad para regar unos surcos de sorgo que alimentará a las vacas.
“Abrí dos pozos con una inversión de 16 mil pesos por cada uno. No tengo opciones. Me gusta el campo. No puedo esperar que llegue la ayuda del gobierno. Compré dos aspersores para regar y más de 600 metros de mangueras”, argumenta el ganadero Valentín Toledo.
Entre matorrales secos donde las vacas buscan algo que mitigue su sed y hambre, cruzando alambradas de palos y púas, están las mangueras que salen del pozo de anillos de concreto. El pozo que cuida Beto no tiene agua suficiente para regar dos hectáreas donde las vacas pelean.
El pasado 10 de marzo, el gobernador de Oaxaca Alejandro Murat Hinojosa solicitó desde la reseca presa “Benito Juárez” de la comunidad de Jalapa del Marqués, que el gobierno federal declare la emergencia por desastre natural frente a la sequía extrema que golpea al Istmo.
“Claro que nos interesa cualquier apoyo económico del gobierno, pero sería mejor hacer políticas para enfrentar los meses sequía de este año y los próximos dos años que de acuerdo con la Conagua no habrá lluvias en el Istmo por el fenómeno de El Niño.  
Beto, el cuidador del rancho no oculta su preocupación. “Queda poco pasto. Hay que llevar a las vacas a otra zona de pastizales. Eso cuesta dinero y mucho riesgo. ¿Qué voy hacer? Esperar que no se mueran mis vacas, señaló.


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