viernes, 25 de noviembre de 2016

Huellas de la violencia vs mujeres indígenas

Alberto López Morales


     JUCHITÁN, Oax.-La imagen es cruenta. La blusa verde muestra las manchas de sangre que brotan del pómulo, la nariz y los labios rotos a golpes. Nada qué ver con el sonriente rostro de “María” cuando vende sus frescas flores en el mercado de esta ciudad zapoteca.
     “María”, de 40 años de edad, madre de cinco hijos y casada con un elemento de la policía municipal, pidió la asistencia legal del Centro de Apoyo y Atención a la Mujer Istmeña (CAAMI), porque el pasado tres de octubre fue golpeada por su esposo por tercera vez.
    “Los niveles de violencia hacia las mujeres va en aumento en el Istmo de Tehuantepec. El problema se agrava porque la violencia ahora afecta más a mujeres de entre 15 y 30 años de edad”, reveló Rogelia González Luis, defensora de los derechos de las féminas desde 1999.
     Desde la plataforma civil del Grupo de Mujeres “8 de Marzo”, en el año 2001 se creó el CAAMI que otorga el acompañamiento legal y psicológico hacia mujeres violentadas por sus parejas, como el caso de “Juana”, una indígena ikoots de San Mateo del Mar.
     El caso de “Juana”, dijo González Luis, demuestra que en Oaxaca no hay justicia para las mujeres. Ella peleó una pensión alimenticia para sus cuatro hijos. Un Juzgado resolvió a su favor, pero su esposo, que es autoridad de San Mateo del Mar, se niega a cumplir el mandato judicial.
     “Juana”, víctima de la violencia física y económica, tenía una tortillería que finalmente perdió porque su esposo se la arrebató. Ella no se arredró y compró otra pequeña máquina tortilladora pero terminó endeudada con 70 mil pesos con el distribuidor de la harina de maíz.
     Tras la fundación del CAAMI, llegó la creación de la Casa/Refugio “China Yodo” en el año 2003. Actualmente viven ahí y bajo la protección legal cuatro mujeres que no pueden regresar a sus viviendas ante los golpes y amenazas de sus respectivos esposos.
     “La violencia hacia las mujeres va en aumento en el Istmo. Es muy grave porque no solo está en riesgo la integridad de ellas, sino que también se arriesga la integridad de las defensoras, de las psicólogas y de las trabajadoras sociales que reciben amenazas”, explicó Rogelia González Luis.
     La violencia alcanza a los menores de edad, añadió al informar que actualmente personal especializado del CAAMI otorga la ayuda psicológica y asistencia legal a 10 menores que fueron víctimas de la violación sexual por parte de sus familiares.
     “La situación con esos menores es sumamente delicada, precisó al tiempo de señalar que “la aplicación de la ley desde los llamados Juicios Orales favorece a los que violentan los derechos de las mujeres y los niños. Simplemente no hay justicia”, apuntó la defensora.
     En el CAAMI, explicó González Luis, se ventila el caso de “Sofía”, una señora que vende dulces en una escuela de esta ciudad. Por los golpes infringidos por su esposo, un profesor del nivel de educación indígena, decidió no regresar a vivir con él. Su cónyuge quiso matarla con una navaja.
     “Sofía” vive ahora en medio del temor a pesar de que cuenta con una orden de protección emitida por un juez quien ordenó al profesor que no se acerque a su víctima, “pero el proceso sigue y no hay forma de castigar al agresor”.
Inconcluso el Centro de Justicia para Mujeres en el Istmo
     Frente a ese panorama de creciente violencia que afecta más a mujeres jóvenes y de condición indígena, abandonado entre la maleza y los escombros el edificio que albergaría al Centro de Justicia para Mujeres de la Fiscalía oaxaqueña quedó inconcluso.
     “No es posible que bajo el pretexto del recorte presupuestal, el gobierno de Oaxaca haya dejado sin terminar el Centro de Justicia para Mujeres Víctimas de la Violencia”, reprochó la defensora de los derechos de las mujeres del Istmo de Tehuantepec.
     Frente al creciente clima de violencia hacia las mujeres en el sur de Oaxaca y ante la actitud omisa del gobierno estatal, en el año 2004 diversas organizaciones indígenas crearon la Red Institucional contra la Violencia hacia las mujeres.
     En su momento, como Red Institucional le exigimos al gobierno de Oaxaca la terminación y el equipamiento del Centro de Justicia para las Mujeres del Istmo. Ahora volvemos a demandar que la obra se termine, dijo Rogelia González.
     La construcción del Centro de Justicia para Mujeres víctimas de la violencia comenzó en marzo del año pasado con una inversión federal de ocho millones de pesos y la aportación estatal de un millón 200 mil pesos.
     En junio de este año la Fiscalía oaxaqueña fue notificada de la reducción del presupuesto y dio a conocer que la construcción del Centro de Justicia quedaría en suspenso. Hoy el edificio luce en el abandono y el olvido.
     No tiene salas de juicios orales, estacionamiento, agua, electricidad, drenaje, área de juzgados, sanitarios. Solo es un enorme cascarón circular que languidece ante la lluvia, sol y viento, sin vigilancia y entre la maleza que nadie corta.

     La violencia hacia las mujeres en el Istmo, se inscribe en el contexto estatal. Durante el sexenio de Gabino Cué, que concluirá el 30 de este mes, las organizaciones no gubernamentales registraron 600 feminicidios en la entidad. El doble que registró el gobierno de Ulises Ruiz.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Van zapotecas al corte de caña

     SANTA MARÍA XADANI, Oax.- Con sus cargamentos de pescados, camarones y queso secos, totopos, utensilios de cocina, hamacas, ropa, huaraches y muchas ilusiones, unos 600 zapotecos de esta localidad salieron hoy a Nayarit, para ir al corte de caña de azúcar durante siete meses.
     Desde temprano, en los cuatro puntos cardinales de Xadani, que en español significa “al pie o debajo del cerro” y que cuenta con unos siete mil habitantes, llegaron 21 autobuses rentados por los dueños del ingenio Puga, de Tepic, Nayarit, para llevarse a los jornaleros a su cita anual.
     Algunos van al ejido La Labor, otros a San Miguel, Jalisco, Trigo Miel y Compostela, todos cercanos a la capital nayarita. No van solos. Llevan a sus esposas para que cocinen, laven ropa y ahorren sus ingresos y con ellos sus hijos recién nacidos y alumnos de preescolar y primaria.
     Doña María Luisa Antonio Aquino llegó puntual a su cita al autobús que la lleva al ejido La Labor, donde la espera su esposo Juan Luis Sánchez, quien se adelantó desde hace cuatro meses. Lleva en la mano una cubeta de ciruelos curados y con ella, tres hijos menores de edad.
     Jonathan, es el mayor de ella. Tiene siete años de edad. Su primer viaje al corte de caña de su padre lo hizo cuando tenía un mes de nacido. Ahora se muestra impaciente. Quiere el autobús arranque su marcha. “Como no va a cortar caña, anda alegre”, dijo su tío, Jesús Vicente Pin.
     “En este año van como 60 niños que estudian preescolar y primaria en la escuela de migrantes de aquí de Xadani. Allá, en los campos de caña hay dos tres salones donde estudian y en junio vienen a terminar sus estudios aquí”, explicó Armando López, en espera de la salida de su camión.
     Sentado en la alta banqueta que impide la inundación de las viviendas en periodos lluviosos, don Armando y su esposa Francisca, juegan con su pequeño José Armando que por primera vez llevará a su mascota Pinky, un perrito chihuahueño de un año, a conocer otras tierras.
     “Allá donde vamos, las familias duermen en galeras que tienen camas de cemento y encima un petate, pero la mayoría de nosotros dormimos en hamacas. Ya estamos acostumbrados y nos cuidamos entre todos”, dijo el cabo Leonel Jiménez, responsable de una cuadrilla de 40 personas.
     Hace poco más de 22 años, los cortadores de la gramínea no tenían necesidad de abandonar sus tierras por siete meses. En el Istmo funcionaban bajo el cuidado gubernamental los ingenios de El Espinal y de Santo Domingo Ingenio. Las dos factorías dejaron de ser rentables y cerraron.
     Desde entonces, los cortadores de caña de azúcar de esta localidad zapoteca ubicada a unos 260 kilómetros al sureste de la capital oaxaqueña se transformaron en jornaleros agrícolas que de noviembre a junio, durante su larga ausencia, encargaban sus pequeñas viviendas a sus familiares.
     “¿Ma bizendacaabe bidxhichi la?”, preguntó en zapoteco Edilberto Jiménez, quien lleva seis años que va al corte de caña en el ingenio Puga, de Tepic, Nayarit. Quería saber si los funcionarios del Servicio Estatal del Empleo del gobierno de Oaxaca, ya habían depositado el dinero.
     La pregunta se la hizo a su cabo, Jesús Vicente Pin, responsable de una cuadrilla de 80 cortadores que salieron en dos autobuses poco después de las 13:00 horas de hoy y se espera que lleguen sin incidentes al ejido  La Labor, “como a las cinco de la tarde del miércoles”.
     No hubo respuestas precisas, salvo una cubierta de incertidumbre que quiso perderse entre el fuerte viento: “naa’ caabe dxi chindanu”. Que significa: Dicen, que cuando lleguemos”, respondió el responsable de la cuadrilla Jesús Vicente Pin.
     Hace un año, dijo el jefe de la cuadrilla que viajó al ejido Trigo Miel, del municipio de Jalisco, Nayarit, Leonel Jiménez Cortés, “la gente de la Secretaría del Trabajo del gobierno de Oaxaca, nos engañaron. Nos dieron una tarjeta para cobrar mil 200 pero nunca nos mandaron el dinero”.
     El gobierno federal abrió un programa para apoyar a los jornaleros agrícolas migrantes del país. A los cortadores de caña de Xadani les daban mil 200 cada que partían en el mes de noviembre para que se ayudaran con su gastos en el trayecto a Nayarit.
     “Nos dejaron de dar el efectivo y nos traían tarjetas para ir al banco llegando a Nayarit. El año pasado nos engañaron. Ahora la gente, aunque hace una semana recibió sus tarjetas, desconfía porque el gobierno de Oaxaca termina el 30 de este mes y le debe a mucha gente”, explicó.
     Pese a tantos sinsabores, los jornaleros migrantes salieron ilusionados hoy al lado de sus esposas e hijos que en junio regresarán a la escuela de migrantes a concluir sus estudios. “Aquí no hay chamba, tenemos que salir a buscar”, dijo Humberto Jiménez, quien va solo porque es soltero.
     Al pie de uno de los 21 autobuses rentados por el ingenio Puga, surgió la pregunta dirigida a Luciano Antonio Jiménez, de 20 años de edad:” ¿Por qué no se queda tu esposa”?  ―”Porque no quiere quedarse”―, dijo entre risas. “Debo cuidarlo para que no ande borracho”, dijo Natalia.
     Fuera de la broma, Luciano y Natalia, dos jóvenes zapotecos partieron hoy con sus dos hijos menores, el mayor de cuatro años de edad y el segundo de un mes de nacido, explicaron que los jornaleros de Xadani van en familia para ahorrar lo que se gana en el corte de caña.
     Para ellos, como doña Cándida envuelta en su huipil y enagua roja subiendo al autobús y su esposo Aquiles, “no hay Navidad, tampoco Año Nuevo, menos la fiesta del pueblo en Semana Santa. La pasamos trabajando, aunque entre nosotros nos echamos un chivito”, dijeron.





lunes, 14 de noviembre de 2016

PRI y MORENA, de la mano en Oaxaca


Alberto López Morales
      Los diputados locales de Morena que integran la 63 Legislatura oaxaqueña le deben una amplia explicación a su militancia: ¿Por qué pactaron con el PRI y a qué precio para quedarse con la Junta de Coordinación Política (Jucopo), del congreso oaxaqueño?
     Antes de la reforma al artículo 39 de la Ley Orgánica del Congreso, que por cierto fue hecha por los diputados de la 62 Legislatura, horas antes de que concluyera su tercer año, la Jucopo le correspondía al PRI por tener el mayor número de diputados: 16.
     Tras la reforma se abrió la posibilidad, como ocurrió horas después, de que en u pacto político mediante el llamado voto ponderado de los coordinadores de cada fracción parlamentaria, se le diera a Morena la presidencia de la Jucopo para el primer año legislativo.
     El PRI cedió la Jucopo por este primer año legislativo, y se quedó con la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, a través de Samuel Gurrión, quien le tomará la protesta al gobernador electo Alejandro Murat, el primero de diciembre entrante.
     De acuerdo con el reformado artículo 39 de la Ley Orgánica del Congreso, la elección de la presidencia de la Jucopo se dio entre las tres fracciones parlamentarias con el mayor número de diputados: PRI, 16, Morena 8 y PRD 8. Morena y el PRI fueron de la mano.
     Resulta paradójico que Morena, acostumbrada al discurso contra la mafia del poder, haya pactado con el PRI en su primera incursión legislativa en Oaxaca tras su primera participación como fuerza electoral de izquierda.
     Es cierto y hasta lógico que en la vida parlamentaria prevalezcan los acuerdos políticos para la distribución de los órganos de gobierno y sobre todo para elaborar una agenda legislativa común y convertirse en contrapeso del poder ejecutivo.
      Pero ¿por qué Morena no buscó el pacto con el PRD, el PAN y el PT para impulsar una agenda legislativa desde la izquierda? ¿No se supone  que todas esas esas fuerzas opositoras al PRI construyeron desde el 2010 una agenda común?
     El pacto PRI/Morena le dará gobernabilidad al Congreso. Juntos ya definieron la distribución de los principales órganos de gobierno: la Jucopo y la presidencia de la mesa directiva. ¿Ese pacto incluirá posiciones comunes frente a las iniciativas que envíe el nuevo gobernador? Es posible.
     Sin embargo, el pacto PRI/Morena debilitará el liderazgo del partido de AMLO en Oaxaca. No tendrá autoridad moral para cuestionar al PRD o al PT. Morena manda una mala señal. Prefiere ser la alfombra por donde transite el nuevo gobernante, en lugar de ser el contrapeso político.
     En el fondo, Morena desde la Jucopo tendrá el manejo del presupuesto asignado del congreso oaxaqueño estimado en 600 millones de pesos por año y el PRI tendrá la responsabilidad de empujar todas las iniciativas que envíe el gobernador Alejandro Murat, para hacerlas leyes.