domingo, 18 de octubre de 2015

Oaxaca, pobre y endeudada


Alberto López Morales
     Hace casi cinco años, en el recinto donde sesionaban los diputados de la 61 Legislatura oaxaqueña, retumbaban las acusaciones contra el gobernador saliente Ulises Ruiz Ortiz. La principal crítica que recibía era porque dejaba como herencia una enorme deuda pública.
     Durante la sesión que se realizó el 22 de noviembre del 2010, por momentos parecía que se le saldría del control a la presidenta de la Mesa Directiva, Eufrosina Cruz Mendoza. Había gritos en la tribuna, los diputados increpaban desde sus curules y el desorden prevalecía en el salón de plenos.
     Los diputados opositores al PRI no desaprovecharon la ocasión para cobrarle todas las afrentas al gobernador Ruiz Ortiz. La comparecencia del secretario de Finanzas, Miguel Ángel Ortega, con motivo de la Glosa del VI Informe de Gobierno, fue el escenario ideal para facturar los agravios.
     Faltaban ocho días para que el entonces gobernador electo, Gabino Cué rindiera protesta frente a la mayoría de esa 61 Legislatura que condenaba sin piedad el incremento de la deuda pública que pasaba en seis años de 501 millones de pesos, a cuatro mil 615 millones de pesos.
     En esa comparecencia, el entonces titular de Finanzas Ortega Habib se esmeró en explicar que la deuda de 501 millones de pesos heredada por el gobierno muratista se pagó en su totalidad y que la deuda por heredar al nuevo gobierno ascendía a mil 446 millones de pesos.
     Ninguno de los diputados opositores al PRI creyó en esa cifra de mil 446 millones de pesos. Se quedaron con la idea de que la deuda pública era de cuatro mil 615 millones de pesos y acusaron al gobierno saliente de ser opaco con la rendición de cuentas.
     Uno de esos diputados fue el emblemático vocero de la desaparecida APPO, Flavio Sosa Villavicencio, quien llegó a la 61 Legislatura con el cobijo del Partido del Trabajo. Flavio Sosa fue implacable con Ortega Habib. “Para mi usted representa la corrupción”, le dijo de entrada.
     El entonces diputado Flavio Sosa lanzó una expresión que tal vez quiso ser una profecía política: “Oaxaca no merece más gobiernos que se manejen en la opacidad”. Faltaban ocho días para la asunción del primer gobierno no priísta en la historia de Oaxaca.
     Margarita García, quien fue electa en esa 61 Legislatura como diputada del desaparecido Partido Convergencia, también aprovechó la comparecencia de Ortega Habib para cuestionar el incremento de la deuda en el sexenio de Ulises Ruiz Ortiz.
     “La deuda pública al iniciar la administración 2004/2010 era 552 millones 700 mil pesos y hasta junio de 2010 se incrementó a cuatro mil 288 millones 800 mil pesos, es ahí donde pierden total validez las palabras del gobierno que dice tener una política financiera prudente”, señaló.
     En aquella sesión del 22 de noviembre del año 2010, también se oyó el cuestionamiento del diputado local perredista Francisco Martínez Neri. “¿Por qué dejaron al siguiente gobierno y a las nuevas generaciones compromisos de pago cada vez mayores?”, preguntó.
     Alejandro López Jarquín, también del PRD electo por el distrito de Etla, cuestionaba el endeudamiento afirmando que “Oaxaca ocupa el último lugar en indicadores en salud y educación a nivel nacional” y consignaba que “38% de los oaxaqueños vive en pobreza alimentaria”.
     En la historia legislativa de Oaxaca, era la primera vez que la entidad tenía un Congreso con mayoría opositora al PRI y con esa mayoría, los diputados del PAN, PRD, PT, Convergencia y Unidad Popular enjuiciaron sin piedad al gobierno ulisista por el excesivo endeudamiento.
     Dentro de una semanas, el 15 de noviembre de este año, el gobernador aliancista Gabino Cué Monteagudo rendirá su quinto y penúltimo informe de gobierno en el que obligadamente deberá referirse a la deuda acumulada en los cinco años de su gestión. ¿Será enjuiciado, también?
     A lo largo de estos cinco años de su gobierno, Gabino Cué cuadriplicó la deuda que le dejó Ruiz Ortiz. Gabino Cué acumula hasta ahora una enorme deuda estimada en 18 mil millones de pesos en números cerrados. 14 mil millones de pesos más de lo que le heredó Ulises Ruiz Ortiz.
     La deuda acumulada de Gabino Cué comenzó en el mismo 2010, con 500 millones solicitados por URO. En el 2011 pidió prestado 500 millones más. En el 2012 el endeudamiento fue de tres mil 316 millones de pesos. En el 2013 hubo otra deuda, ahora de tres mil 980 millones de pesos.
     El año pasado, los diputados locales le volvieron a aprobar otro endeudamiento a Cué por dos mil 756 millones y en este 2015, con el voto de los priístas la 63 Legislatura aprobó otro préstamo por dos mil 220 millones de pesos.
     La deuda contratada por Cué en estos cinco años es de 13 mil 272 millones de pesos, que sumados a cuatro mil 856 millones de pesos por concepto de deuda reserva o adicional, suman los 18 mil 128 millones de pesos.
     ¿Para qué contrató Cué esa deuda acumulada de 18 mil millones de pesos? En su argumento dirigido a los diputados explicó que sería para enfrentar los desastres naturales y para cubrir la deuda con el magisterio.
     Contra lo que pudiera pensarse, el excesivo endeudamiento de Cué no se aplicó en el desarrollo de la infraestructura, tampoco para impulsar proyectos productivos. O sea, nada para el desarrollo de la entidad.

     El gobierno de Oaxaca se endeudó excesivamente, pese a que la Federación le otorgó para el ejercicio 2015, la cantidad de 83 mil millones de pesos. La excesiva deuda contratada por Cué compromete las participaciones federales y sobre todo a la sociedad oaxaqueña.

jueves, 15 de octubre de 2015

Sorgueros: “jodidos”, sin cosecha y endeudados



Alberto López Morales
     JUCHITÁN, Oax.- “Ahora sí estamos jodidos. Sin producción, con deudas y abandonados por el gobierno”, resumió entristecido el campesino Noé Morales Gómez, quien el año pasado sembró 10 hectáreas de sorgo y no cosechó un solo grano. En este año también le fue mal. Perdió todo.
     Noé Morales Gómez tiene 77 años de edad y toda su endurecida vida la ha compartida entre la cría de becerros y la siembra de sorgo. Recio, bajo de estatura y correoso parece de menos edad. “Nunca pensé que algún día saliera de mi pueblo para venir a bloquear la carretera”, confiesa.
     Con Noé Morales, indígena ikoot de Vergel del Maíz, están decenas sorgueros de la zona oriente del Istmo. Cerraron la Panamericana para exigir que el gobierno declare la emergencia agrícola tras la pérdida total de 20 mil hectáreas afectadas por la plaga del pulgón amarillo.
     ―Desde el año pasado alertamos a las autoridades del sector agropecuario sobre la presencia del pulgón amarillo en San Francisco del Mar. No hicieron nada y ahí están las consecuencias―, denunció María Teresa Santiago Desales, dirigente de una unión de sorgueros oaxaqueños.
     Hace un año, Noé Morales Gómez vendió “como siete becerros” para reunir unos cien mil pesos y sembrar en julio 10 hectáreas de sorgo. Esperaba cosechar en noviembre unas 60 toneladas y ganar unos 150 mil pesos. Perdió todo. La plaga del pulgón amarillo acabó con la gramínea.
     Durante siete meses, entre diciembre y el 19 de julio, Noé Morales y su familia subsistieron con 250 pesos diarios producto de la ordeña de sus vacas y la venta de unos 50 litros de leche en San Francisco del Mar.
     ―En esos meses podría decir que gané 60 mil pesos, pero en realidad salí perdiendo porque si hubiera tenido una buena cosecha, hubiera ganado algo así como 110 mil pesos entre la venta de la leche y la venta del sorgo―, dice en medio de su angustia.
     Noé Morales se dice jodido porque las cinco hectáreas de sorgo que sembró a partir del 20 de julio de este año no tuvieron ningún rendimiento. Esperaba producir unas 30 toneladas. “La falta de lluvias y el pulgón amarillo acabaron con todo”.
     Frente al desolador panorama que viven los cuatro mil productores de sorgo en el Istmo de Tehuantepec, enviados del delegado de Sagarpa en Oaxaca, Manuel García y del secretario de Desarrollo Agropecuario, Jorge Carrasco, ofrecieron un apoyo de mil 500 pesos por hectárea.
     ―Esos mil 500 pesos por hectárea no servirán ni para el primer “bombazo” de insecticida para combatir la plaga―, señaló indignado Santiago Cruz, representante de los sorgueros organizados en la asociación “Istmo Nuevo Milenio”, que se sumaron a la protesta con el bloqueo de carretera.
     “Ese apoyo no servirá para cubrir las deudas”, dijo molesto el campesino José Luis Santiago Betanzos, un jubilado de Pemex que junto con tres hermanos obtuvo un crédito bancario de 300 mil pesos para sembrar casi 50 hectáreas de sorgo.
     De los 300 mil pesos, “me tocan 136 mil pesos que ya estoy pagando en el banco. Pago cuatro mil mensuales. ¿Cómo?, Pues por fortuna soy jubilado de Pemex y tengo mis becerros para vender, pero perdí la cosecha y quedé endeudado”, dijo molesto Santiago Betanzos.
     Maricela Escobar Morales, también perdió la cosecha de 50 hectáreas de sorgo y no sabe cómo le hará para que termine de pagar un tractor que compró a crédito en 2011. “Me costó 650 mil pesos. Cada febrero debo pagar 100 mil pesos, pero ¿ahora cómo le haré?, preguntó angustiada.
     Como ella, hay decenas de campesinos que están endeudados con la compra de la semilla y el fertilizante y con la adquisición de un tractor. Uno de esos productores de sorgo es Faustino Santiago, de 70 años de edad.
     ―Perdí la cosecha de 60 hectáreas de sorgo. Ahora, antes de huir para el momento, mejor voy a presentar un escrito a la financiera que me dio el tractor a crédito para que me espere en el pago porque para febrero del 2016 no tendré dinero para pagar los 100 mil que toca cubrir.
     Con un tractor y una lona azul de cuatro metros cuadrados a media carretera de la Panamericana, para cubrirse del sol, hombres y mujeres comparten no solo su enojo por el silencio gubernamental, sino también sus alimentos bajo el sol y el viento.
     En medio de esa mezcla de sentimientos, de coraje y congoja, los sorgueros preguntan por qué el gobierno de Oaxaca se niega a pedir la declaratoria de emergencia agrícola por el siniestro total de las 20 mil hectáreas de sorgo provocado por la sequía y la plaga del pulgón amarillo.
     ―El problema no es solo de los sorgueros. Es de todos, porque sin sorgo en el país, el alimento para las reses y los pollos se comprará en el extranjero y el precio de la carne, del huevo y de la leche subirá y afectará a los consumidores―, sentenció la lideresa Santiago Desales.


martes, 13 de octubre de 2015

Pudre a Oaxaca la corrupción


Alberto López Morales
     En menos de un año de su gobierno, Gabino Cué Monteagudo empezó a perder el enorme bono democrático que la sociedad oaxaqueña le otorgó en las urnas en la elección del 2010. Desde entonces se vislumbró que la anhelada transición democrática quedaría en una simple alternancia.
     Cerca de cumplir los cinco años de su administración, el primero de diciembre de este año, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo perdió la conducción política de la entidad y dejó que sus colaboradores hicieran y deshicieran con los dineros públicos.
     Ahora se sabe que la corrupción cabalga impunemente en Oaxaca. Tal vez porque los funcionarios designados por Cué y él mismo, nunca tuvieron cartas credenciales que les acreditara como ciudadanos probos y comprometidos con el pueblo oaxaqueño. Quizás por otras razones.
     Perdido entre miles de compromisos y ofrecimientos, quedó el mensaje anticorrupción dado por Cué el primero de diciembre de 2010, al rendir protesta como gobernador: “Hay de aquel que bajo mi mandato anteponga su bienestar personal al del pueblo oaxaqueño”.  Nada ha pasado.
     Un breve repaso por los medios de comunicación permiten ver cómo los escándalos por la corrupción sitúan a Oaxaca como una entidad lastimada por el saqueo impune de sus recursos frente al silencio cómplice de la clase política insensible ante la sociedad encolerizada.
     En la Secretaría de las Infraestructura, dependencia encargada de la obra pública, sobran los testimonios que refieren los favoritismos hacia las constructoras foráneas, las tramposas licitaciones que no fueron otra cosa que asignaciones directas y pago de obras no ejecutadas.
     En Sinfra ni siquiera el nuevo titular, Sergio Pimentel sabe dónde fueron a parar 294 millones de pesos que desaparecieron durante la gestión de Netzahualcóyotl Salvatierra López, quien antes de irse estrenó una residencia de 40 millones de pesos, según denuncias periodísticas.
     Por cierto Salvatierra López aún no termina de explicar si es el verdadero dueño del restaurante “Guzina” que se abrió en el DF. “Guzina” se anuncia como “un pedacito de Oaxaca en la ciudad de México”. Los envidiosos ahora dicen que “Guzina” es “un pedacito de Sinfra en el DF”.
     Donde la Secretaría de la Contraloría abrió un proceso administrativo por desvío de recursos fue en los Servicios de Salud. Se investiga al ex secretario de Salud, Germán Tenorio que dejó en el abandono los hospitales y centros de salud que hasta ahora carecen de medicinas e instrumental.
     Germán Tenorio en cambio colocó a su hija en la nómina de Salud, adquirió una aeronave, como lo denunció y documentó “Oaxaca Político” y se mandó a construir una residencia valuada en 63 millones de pesos.
     Muchos se preguntan si Tenorio duerme tranquilo a pesar de que uno de sus cercanos colaboradores, Rafael Pérez Gavilán fue asesinado de 10 balazos en su casa el cinco de marzo de este año. Justo 14 días después que fue renunciado como subsecretario de Finanzas de los SSO.
     La Fiscalía de Justicia tiene abierta una línea de investigación si el asesinato de Pérez Gavilán tiene qué ver con los desvíos de dinero en Salud. Hay versiones que señalan que antes de  su muerte, el subsecretario revelaría turbios negocios en la Secretaría de Salud. Lo mataron antes.
     En la lista de los cochupos está el singular personaje conocido como Jorge “Coco” Castillo, ex representante del gobierno de Cué en el DF y considerado por la clase política oaxaqueña como el poder tras el trono capaz de influir en la vida de todos los partidos políticos en la entidad.
     Benjamín Robles Montoya, senador del PRD, denunció en agosto pasado ante la PGR que Castillo amasó, esa frase usó Robles Montoya, algo así como dos mil millones de pesos por desfalcos, cobros del diezmo o del Don King (don quince por ciento, pues), según el perredista.
     El mismo senador denunció, semanas después, que el secretario de Administración, Alberto Vargas Varela benefició a sus empresas con esquemas de crédito a la policía estatal y que infló los costos de la construcción del penal de Miahuatlán.
     Qué decir del IEEPO, donde al primer director de esa dependencia en la administración gabinista, Bernardo Vázquez la PGR le abrió una averiguación por un presunto fraude fiscal por 100 millones de pesos, más la existencia de aviadores dados a conocer recientemente.
     En fin, la corrupción pudre a Oaxaca. Y en esa larga lista de escándalos aparece el consejero jurídico del gobierno oaxaqueño, Víctor Hugo Alejo Torres, a quien acusaron de incurrir en conflicto de interés porque su despacho jurídico lleva la controversia por el tema chimalapa.
     Contra la escandalosa corrupción que indigna a la sociedad oaxaqueña, ¿quién puede? Desde el círculo gubernamental parece que todos se encubren. ¿Para eso querían el poder? ¿Para ser iguales o peores de los que sacaron del gobierno?
     ¿No debería ser el combate contra la corrupción y la impunidad uno de los temas prioritarios en Oaxaca, una entidad pobre, jodida y marginada pero con políticos multimillonarios que antes de su incursión en la cosa pública quizá ni siquiera imaginaban que la vida les sonreiría?
     Y para acabarla de amolar, la necesidad de un centro de convenciones y de cultura para tener más turismo apesta a nuevos negocios sucios con más conflictos de interés del titular de Economía, José Zorrilla y que explotó con una residencia de siete millones de dólares.