viernes, 27 de febrero de 2015

"No vamos a liberar a los talamontes", dicen Chimalapas



Alberto López Morales
     SANTA MARÍA CHIMALAPA, Oax.- La exigencia de los comuneros zoques retumbó en el amplio auditorio: si el gobierno de Oaxaca no viene acá a la comunidad, ¡no vamos a liberar a los invasores enviados por los chiapanecos!
     Otra vez, como en otros años, la población zoque de esta localidad chimalapa mostró su hartazgo ante la impune invasión chiapaneca hacia las tierras comunales y como en años anteriores, demandó del gobierno de Oaxaca, firmeza para la defensa del territorio oaxaqueño.
     De los grandes ventanales del auditorio, asomaban sus inocentes rostros los niños y los más jóvenes que aún no participan en las asambleas, deseosos de saber el destino de los tres detenidos por comuneros de San Francisco la Paz, desde las 11 horas del lunes 23 de febrero.
     A unos escasos 10 metros del auditorio, en la parte baja del palacio municipal, los tres retenidos: Raymundo Salmerón Mandujano, Fernando Jiménez Gutiérrez y Benjamín Moreno Rivera, permanecían en silencio, bajo la discreta custodia de dos policías municipales.
     En diciembre de 1986, antes que se construyera el amplio auditorio testigo de las decisiones zoques para la defensa de sus tierras, solo existía una cárcel pequeña donde fue encarcelado Ernesto Castellanos, hermano del entonces gobernador chiapaneco Absalón Castellanos.
     Como una escena de la repetición del pasado, otra vez los comuneros zoques, con sus invitados bajo el estatuto comunal de la figura de “arraigo comunitario”, ahí estaban en el auditorio que antes fue cárcel municipal, para exigir que Oaxaca frene el expansionismo chiapaneco.
     “Fuimos engañados por el señor Óscar Gordillo, de Cintalapa, Chiapas”, dijo en su defensa, durante la entrevista, el señor Raymundo Salmerón. “A mí me contrató por un sueldo de mil 200 pesos semanales para limpiar el terreno”, asentó Benjamín Moreno.
     “Yo solo tenía un día, a diferencia de mis compañeros que llevaban una semana limpiando el paraje de La Reforma, porque un familiar me dijo que eran tierras de Chiapas y pues, yo andaban buscando tierras para la familia”, terció Fernando Jiménez, el más joven de los tres retenidos.
     Frente al enviado de la Secretaría General del Gobierno de Oaxaca (Segego), Miguel Clímaco, las autoridades comunales encabezadas por Hildeberto Mendoza González y el presidente municipal, Silaín Hernández, informaron que los tres detenidos estaban en buenas condiciones de salud.
     “El pueblo y los policías nos han tratado bien, tenemos nuestros alimentos. Hoy recibí la visita de mi familia que ya se retiró y mi familia avisará a la familia de todos que estamos bien. Ya nos bañamos y ya nos cambiamos de ropa”, admitió en entrevista Salmerón Mandujano.
     Tanto en la asamblea como en el encuentro que sostuvieron más tarde con el enviado de la Segego, las autoridades comunales y municipales, así como diferentes voces de comuneros demandaron que los gobiernos federal y estatal frenen las provocaciones de los chiapanecos.
     Los comuneros recordaron que a pesar de las resoluciones del Juzgado de Salina Cruz y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitidas desde el año 2012, los chiapanecos crearon el municipio Belisario Domínguez, en tierras zoques de San Miguel Chimalapa.
     También recordaron la aparición del llamado “el Ejército Chamula” de la zona Los Ocotones, y del que hace poco anunció su creación por los parajes La Hondonada y Agua Fría, en la zona oriente de San Miguel Chimalapa.
     “Nosotros somos un pueblo pacífico pero que tiene experiencia para defender sus selvas y el territorio de Oaxaca, por eso le exigimos al gobierno de Oaxaca que defienda con firmeza a los chimalapas”, declaró el presidente municipal, Silaín Hernández.
     Afuera del auditorio, la vida transcurre con aparente normalidad. Niños y niñas de primaria brincan de las ramas de los pequeños árboles a la tierra y vuelven a treparse a las ramas. Las mujeres van de compras a las pequeñas tiendas de abarrotes y los hombres dialogan entre sí.
     De vez en cuando, algunos miran hacia la parte baja del palacio de dos plantas. En ese lugar, permanecen libres, es decir, sin estar encerrados ni atados los tres hombres enviados por Óscar Gordillo, el líder de los campesinos de Cintalapa, Chiapas, a crear un nuevo núcleo de población.
     Según habitantes de San Francisco la Paz, los tres hombre retenidos desde el lunes pasado en el paraje La Reforma, y otras 60 personas más, ya habían “clareado” o limpiado casi 150 hectáreas de tierras. “No es la primera vez que lo hacen y por eso pedimos que venga acá el gobernador”.
     Los chimalapas no quieren ceder. Incluso dudan que la defensa jurídica que presentó el gobierno de Gabino Cué, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como la controversia tenga el mejor argumento. “Queremos respuestas”, soltó el comisariado Hildeberto Mendoza.
     “No queremos violencia, queremos que el problema se solucione. No queremos que venga la policía, queremos que venga el gobernador o el titular de la Segego para defender juntos a los chimalapas. Les damos garantías”, insistía una y otra vez el edil Silaín Hernández.
     Por la tarde/noche, mientras los niños y las niñas buscaban el descanso en sus hogares, ajenos al clima de tensión que envuelve sus vidas, en una segunda asamblea del día los comuneros ratificaron su postura: los retenidos serán liberados solo con diálogo de alto nivel.
     En dicho encuentro nocturno, donde participaron poco más de 200 comuneros, la asamblea comunal de los chimalapas exigió ahora no solo la presencia del titular de la Segego, sino también de funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
     Durante el conflicto entre los zoques de San Miguel Chimalapa y Chiapas, entre octubre y diciembre del 2011, la Segob se comprometió a ser garante para evitar el resurgimiento de nuevos conflictos. “Ha incumplido”, acusaron los chimalapas, durante ambas asambleas.
     Chiapas tiene en su poder más de 150 mil hectáreas de tierras de San Miguel Chimalapa y Santa María Chimalapa, donde están asentados más de una docena de ejidos creados tras la resolución de 1967 y “no vemos una defensa seria y contundente del gobierno de Oaxaca”, denunciaron.



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