Alberto López Morales
JUCHITÁN, Oax.- El
mercado de esta ciudad zapoteca está en silencio. Como una gigantesca mole de
piedra adormilada, con sus entrañas y vericuetos solitarios. El griterío de sus
mujeres envueltas en huipiles coloridos y con chongo del cabello adornado de
tulipanes rojos y amarillos desapareció. La soledad se realza bajo el cielo
nublado, frente a las casetas cerradas y ante los impenetrables comercios con
la cortina de acero al pie del piso.
Martes 10 y
miércoles 11, no fueron días normales en la vida comercial del mercado que
lleva por nombre “5 de Septiembre”, que recuerda la fecha en que gloriosos, los
zapotecos encabezados por Albino Jiménez, Petrona Esteva, la popular Tona Tati,
entre otros, lograron que los fieros soldados franceses mordieran el polvo en
1866.
Aunque con la
resistencia de algunas mujeres zapotecas, las comerciantes aceptaron de común
acuerdo con las autoridades, que durante esos dos días el mercado construido a
principios de los años 70, fuera cerrado para una limpieza general, incluyendo
la fumigación y la revisión de sus sistemas de electricidad, agua potable y el
drenaje.
En el ajetreo de
las tareas de limpieza y fumigación, la regidora de Salud del ayuntamiento
juchiteco, Maritza Linares, expresó su sorpresa por la gran cantidad de basura
y cajas de cartón y madera, sin utilidad alguna, estuvieran bajo el cuidado de
las comerciantes de dentro y fuera del mercado. “Sacamos más de cinco camiones
de volteo de ese tipo de materiales”, reveló.
Personal de la
regiduría de Salud, de la Dirección de Mercado, de Protección Civil y Bomberos realizaron
la titánica tarea de limpieza con el respaldo de los elementos de Vialidad
Municipal y de los policías municipales, quienes, junto a reporteros y
curiosos, parecían fantasmas en medio de la imponente soledad proyectada por
esa mole de piedra y cemento en estado somnoliento.
En las entrañas
del mercado, visto desde cualquiera de sus seis entradas cerradas con puertas
de impenetrables barrotes, el silencio es fuerte, imponente. Alrededor de la
gran mole adormilada, como grandes tentáculos de mesas de maderas, casetas de
alambre frágil, las avenidas “2 de
Abril”, al oriente, “Juárez”, al sur, “16 de Septiembre”, al poniente y “Efraín
R Gómez”, al norte, dan la impresión que de la noche a la mañana encontraron la
medicina ansiada para ampliarse, verse grandes, anchas y apacibles: Sin puestos
ambulantes y sin vehículos con impacientes conductores, sin moto taxistas que
rebasan por la derecha y sin triciclos pedaleados en sentido contrario.
Tras la
fumigación, plagas de insectos, roedores y diversos tipos de fauna nociva
fueron abatidos. Las autoridades anunciaron que para este jueves 12, el mercado
“5 de Septiembre” abrirá sus puertas y entonces, sus entrañas y enormes
tentáculos externos recobrarán la vida como la avenida Juárez, que hoy luce sus
esqueletos de madera, mañana (hoy), el bullicio estallará con la venta de
pescados secos y frescos, camarones, huevos de tortuga, café de San Juan Guichicovi,
chiles de San Mateo del Mar, iguanas, conejos, palomas de monte y armadillos,
al igual que la avenida “16 de Septiembre, donde por las noches se toma el bupu
(espuma de cacao y atole blanco), y que por las mañanas se alegra con la música
que cotidianamente obsequia el popular “Galáctico”, menos conocido como Marcos
Trujillo, desde su modesto puesto de madera junto a uno de los imponentes arcos
del palacio municipal.
El mercado “5 de
Septiembre”, que muestra su variedad de olores, colores y sabores, renacerá con
el gusto de sus habituales y extraños visitantes, como doña Griselda Santiago
Espinoza, una profesora que expresó su beneplácito por la limpieza, aunque
exigió que más continua la fumigación “porque luego en otros lugares dicen que
los juchitecos somos sucios”.
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