sábado, 23 de abril de 2011

Atacan a Radio Huave

JUCHITÁN INFORMA
Alberto López Morales

     Hace casi ocho años tuve la fortuna de atestiguar el nacimiento de la radio comunitaria de San Francisco del Mar Mi kualaj Xq Kambaj que traducido de la lengua ikoots al español, significa Los Hijos de mi Pueblo
     La emisión salió al aire en el 94.1 de frecuencia modulada. En ese entonces, la voz de un joven dio la bienvenida con este mensaje: “Buenos días, transmitimos desde un lugar del pueblo Ikoots. No tenemos permiso del gobierno, pero nos asiste el derecho indígena para defender nuestra cultura, lengua y tradiciones”.
     Escribí entonces que “en la mayoría de los hogares la emisión asombró a las familias que no creían que “unos muchachos con playeras del Ché Guevara y del Sub Marcos, con leyendas que decían “El Istmo no se vende” y “No al PPP”, pudieran hacerse escuchar.
     Ahora recuerdo que “el revuelo fue mayor al escuchar las danzas huaves con instrumentos prehispánicos, como “La Malinche”, que habla de la alianza de Ikoots con los aztecas y el Sapo y la Culebra, que es un llamado a la lluvia para que haya una buena producción en el campo y en el mar”.
     Eran los días de 2003. En un pequeño espacio de una vivienda rústica observe un pequeño transistor, una computadora, un micrófono, una antena y una consola, que compraron en 15 mil pesos “con el apoyo de varios amigos”, y que formaron parte de la Radio Comunitaria Cultural Bilingüe “Mi kualaj Xq Kambaj” o “Los Hijos de mi Pueblo”, que antes de salir al aire recibió el respaldo de la asamblea del pueblo huave.
     Emocionados porque sabían que sus voces empezaban a llegar a los hogares de los pueblos vecinos, los jóvenes dijeron desafiantes que “seguramente la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) trate de bloquear nuestra señal, sin embargo, apelaremos ante las autoridades para hacer valer el derecho de las comunidades indígenas de defender su origen establecido en el artículo 169 del Convenio suscrito por el gobierno de México en la OIT”.
     Luego de recibir el respaldo de la asamblea, los responsables de la operación de la radio comunitaria insistieron en la naturaleza cultural del proyecto orientado a promover la música, historia, lengua y tradiciones indígenas. “Nada de política, de partidos, ni a favor de unos o de otros”, me comentaron en esa ocasión.
     Los jóvenes sabían algo de todo, pero creo que no visualizaron que años después las radios comunitarias empezarían a convertirse en obstáculos a los cacicazgos de toda índole y todo signo ideológico y que comenzarían a enfrentar no solo amenazas sino ataques que llegaron al asesinato.
     Un ejemplo muy claro fue el de las periodistas comunitarias de San Juan Copala, Teresa Sánchez y Felícitas Martínez, asesinadas en abril de 2008, en la región triqui, con la finalidad de acallar la radio “La Voz que rompe el silencio”. Más tarde “La Rabiosa”, de Huajuapan de León, también fue atacada por la policía federal.
     Todo este tema que rescato de mis recuerdos y mis archivos en estas fechas de reflexión y espiritualidad tiene un origen basado en la irracionalidad de grupos priístas de San Francisco del Mar, que el pasado martes 19 atacaron la radio comunitaria Mi kualaj Xq Kambaj que funcionaba en la sede del comisariado comunal de los indígenas huaves. El ataque fue perpetrado, según Leonel Gómez, integrante de la Red de Radios comunitarias de Oaxaca, por el ex alcalde priísta César Ventura y fue en respuesta a que desde ese medio de comunicación, el pueblo huave se informó del ambicioso plan de inversionistas extranjeros para construir un complejo turístico en la región huave.
     DE REFILÓN: Los agresores de la radio huave se robaron todo el equipo y conculcaron de un manotazo autoritario el derecho a la información de unos 35 mil radioescuchas de cuatro municipios y 20 comunidades. Es el costo de oponerse a los proyectos transnacionales como los parques eólicos, las granjas de camarón y complejos turísticos.



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